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14 ene 2016

EL CAIRO.

El bar El Cairo, uno de los escenarios de la novela, es unos de los bares emblemáticos de Zaragoza en los noventa y que todavía aparece en alguna lista de bares indies. Buena música y buen lugar para bailar pogos y desmelenarte.

Ahora no sé cómo estará. Por aquellos años noventa ponían música de Smashing Pumkins, Weezer, Oasis...
Aquí os dejo un vídeo de House of Paint, canción que solía dar paso a la larga noche de aquellos años.

13 ene 2016

VELOS Y SUEÑOS

Amina tiene los ojos negros y grandes, unos ojos que invitan a mirarlos, inspeccionarlos, inconmensurables, misteriosos. Como si detrás de ellos existieran historias mágicas de ensueño dignas de ser contadas por Sherezade.
Me asomé a ellos en un alarde por comprender y caí en un profundo trance en el que centenares de pañuelos de colores mecieron mi cuerpo ingrávido que de pronto había sido hipnotizado por un susurro de Sherezade.
—¿Por qué lleváis ese pañuelo en la cabeza?—le pregunté. Reconozco que en aquel sueño ínfimo de pañuelos ondeantes creí ver mujeres con el pelo suelto y por ello creí que eran libres.
—Es nuestra cultura, nos gusta, nos sentimos bien con él.
Amina, me contó que estaba divorciada de un hombre marroquí y tuvo que huir a España en busca de una vida mejor. Que el matrimonio le había resultado algo pesado y doloroso. Al oír su historia le pregunté.
—Entonces…si te enamoras de un hombre occidental quizá no le guste que lleves el pañuelo.
Ella me miró otra vez con sus ojos como pozos y de manera espontanea y grácil me respondió.
—Ningún hombre me dirá lo que debo llevar o no.
Aquello traspasó mi mente como un rayo bélico en mitad de una tormenta. Yo, que me creía libre y muy occidental le había hecho una pregunta que luego resultó ser estúpida.
Entonces me miré a mí, a una mujer de cuarenta años que creía conocer la verdad y pensé que quizá yo también llevaba un velo, pero no en la cabeza como miles de mujeres árabes, sino en los ojos. Mi cultura me impone depilarme, teñirme, conservar la línea…y un largo etcétera que abruma. ¿Y la felicidad? ¿Hay alguna cultura que nos enseñe a ser felices?
Salí de aquel sueño encantado con una moraleja, la verdad no es un concepto único y nuestro, es un pañuelo etéreo y voluble que cambia según como lo miremos.